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Postal Bellas Artes

Recientemente, hace unos meses hemos sabido que el “Paisaje de la Luz” de Madrid ha sido declarado patrimonio mundial de la humanidad. La declaración engloba la zona del Paseo del Prado y el Parque del Retiro, dos de los espacios más representativos de la ciudad y lugares imprescindibles de la capital española. Ya nos encontramos con indicadores que dicen que el turismo en la capital hispana aumentará gracias a esta declaración de la UNESCO. Estamos todos encantados. Jamás pensarían hace catorce años que algo así podría ocurrir, cuando 700 árboles de dicho lugar estaban en peligro. La labor de protestas de la plataforma SOS Paseo del Prado, como algunas celebridades consiguieron paralizar aquello, destacando la imagen que todos recordamos de la Baronesa Thyssen encadenada a uno de los ejemplares arbóreos. Gracias a ellos y a la voluntad política de escucharlos, aquella masacre no salió adelante, y hoy podemos disfrutar de un espacio patrimonio mundial de la humanidad.
A menudo nuestros políticos tienen la percepción del patrimonio como una cosa vieja y cochambrosa que no merece la pena restaurar. Los arquitectos tampoco le solemos hacer buen favor al patrimonio ya que en nuestro esfuerzo de proteger únicamente lo que consideramos en nuestro ámbito de trabajo buena arquitectura u original dejamos detrás muchos ámbitos no arquitectónicos que también hay que analizar. Hay que comprender que para que un inmueble o espacio urbano se considere digo a protección no solamente hay que observarlo mediante los valores arquitectónicos y urbanísticos, también hay que tener en cuenta los valores históricos y sociales, el valor empírico y el valor conmemorativo y simbólico del inmueble o lugar a proteger.
San Sebastián llamada a ser la ciudad por excelencia del séptimo arte de España cuenta con un magnífico edificio de principios del siglo XX que está a punto de desaparecer. El Palacio de las Bellas Artes de San Sebastián fue diseñado por el arquitecto D. Ramón Cortázar. El inmueble fue concebido en el año 1914, en los albores de la Primera Guerra Mundial. 107 años de historia en la entrada al ensanche de San Sebastián entre la Calle Prim y la Calle Urbieta. Una entrada a una ciudad ambiciosa, ya que San Sebastián aspiraba a ser una urbe de gran categoría e importancia que ofrecía a sus huéspedes y habitantes las instalaciones más modernas de la época en una ciudad nueva que estaba naciendo.
Así lo comprendió ICOMOS ESPAÑA el 30 de marzo de 2019, fecha en la que lanzó la alerta internacional patrimonial. El comité científico Internacional del patrimonio del siglo 20-ICOMOS redactó un dossier (1) en el cual explican todas las razones del porqué el Palacio de las Bellas Artes de San Sebastián lo consideran un hito del patrimonio cultural español.  Piden a las autoridades municipales competentes y al Gobierno Vasco que reconozcan el valor patrimonial y significado cultural del Bellas Artes y trabajen para protegerlo y restaurarlo. El 20 de septiembre de 2021, en pleno Festival Internacional de Cine de San Sebastián la asociación en defensa del patrimonio Ancora nos daba a conocer que el ayuntamiento está tramitando el derribo del Palacio de las Bellas Artes.
¿Cómo es posible que la ciudad con mayores equipamientos cinematográficos del país permita derribar un hito del patrimonio cultural español? Una ciudad que cuenta con un festival internacional de cine, un festival de cine fantástico y de terror, un festival de cine de derechos humanos, un equipamiento como la Filmoteca Vasca y la recién abierta Escuela de Cine Elías Querejeta.
Al parecer en San Sebastián que un comité internacional que asesora a la UNESCO  te alerte no sirve de nada y necesitemos la imagen de una Baronesa para que el alcalde se de cuenta de lo que está permitiendo hacer en la ciudad.
Ernesto Limousin, San Sebastián 2021.
(1) https://icomos.es/wp-content/uploads/2020/01/HA-Palacio-Bellas-Artes-Spain-FINAL-Espa%C3%B1ol.pdf


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Ernesto Limousin